Un tipo por la calle, después de leer en el períodico una noticia de violencia de género, reflexiona y piensa:
"¡Dios
mío!, que mi mujer nunca me ponga cuernos, y si me los pone, que nadie
la vea, y si la ven, que nadie me lo cuente, y si me lo cuentan, que yo
no les crea, y si les creo, que no me enoje, y si me enojo, que no la
mate, y si la mato, que no me encierren, y si me encierran, que no me
violen, y si me violan que no me duela, y si me duele, que no me guste, y
si me gusta, que no me saquen de la cárcel."
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